La rigidez que caracterizó a las ropas de los hombres en la segunda mitad del siglo XVI, fue incluso más pronunciada en las de las mujeres. La pieza del estomago, que constituía el delantero del cuerpo, iba endurecida con huracán o cartón y se mantenía en su sitio con armazones, con frecuencia de madera (ballenas). La falda se abultaba con el verdugado, su origen es el verdugado español . Consistian en unas enaguas con aros de alambre o madera que acampanaban la falda, éste traje lo llevaban todas las mujeres
menos las de clase trabajadora.
Además del cuerpo emballenado y de la falda verdugado, la principal prenda femenina en esta época era el vestido, que caía en pliegues a partir de los hombros y dejaba una abertura en el delantero de forma que se podía ver el traje de debajo. Las mangas eran ablusadas y acababan encima del codo para enseñar la manga de debajo. A veces usaban mangas largas colgantes. Otras prendas de la época son: el coat una especie de abrigo amplio de forma similar pero de mangas amplias y abiertas. Para viajar se utilizaban capas y también una prenda conocida como safeguard que era una sobrefalda para protegerse del frío.
Los hombres empezaron a usar una mayor variedad de prendas. La más importante era el jubón pero sobre el se podía llevar el jacket , por lo general sin mangas. La capa empezaba a ser indispensable, no se trataba de una capa larga como la del siglo anterior, era una capa corta, colgada a veces de un hombro. Estaban hechas de telas caras y un hombre elegante necesitaba tres; una por la mañana, por la tarde y por la noche. Pero la prenda más curiosa era el mandilion , sus orígenes son de ámbito militar , era una capa amplia y llegaba hasta las caderas, con el cuello levantado y mangas saco, las costuras laterales iban abiertas. Iba abotonado solo desde el cuello hasta el pecho y se metía por la cabeza.
En la segunda mitad del siglo XVI se apreciaron algunos cambios en las prendas inferiores masculinas. Las calzas cortas se podían llevar ahora con canions, calzones que se ponían debajo de las calzas cortas y generalmente de diferente tejido que llegaban hasta la rodilla. Las medias podían ir por encima; así que podía decirse que las calzas de la época medieval estaban ahora divididas en tres prendas separadas. Hasta el 1590 se cortaban al biés, después fueron reemplazadas por medias de punto. Podían ser de colores vivos; el amarillo era uno de los favoritos y con frecuencia se adornaban con hilo de oro. Se sujetaban de varias maneras: con una sencilla cinta sujeta debajo de la rodilla, con el lazo a un lado o con una liga entrecruzada haciendo zig-zag. El zig-zag se puso de moda a partir del 1560; consistía en un trozo de cinta que rodeaba la pierna por debajo de la rodilla, se cruzaba por la parte de atrás, se llevaba hacia delante por encima de la rodilla, y se ataba en un lazo.
Como calzado usaban zapatos o botas. Los zapatos eran ligeramente redondeados, y a medida que terminaba el siglo empezaban a tener tacones. Eran de piel, seda, terciopelo o de tejido sencillo y las suelas podían ser de piel o corcho. Las botas que hasta el último cuarto del siglo se habían usado para montar, se incorporaron a la indumentaria cotidiana. El modelo de moda era una bota pegada que llegaba al muslo, dando a veces la vuelta a la parte superior, de diferentes maneras. Otros tipos de botas solo fueron posibles gracias a los adelantos en el tratamiento de la piel conseguidos en Córdoba.
España fue también responsable de los refinados guantes de piel tan preciados por los isabelinos, y que empezaron a fabricarse en Inglaterra hacia 1580. La forma más utilizada eran los guanteletes, a menudo adornados con hilo de oro y ribeteados. También podían estar perfumados y por lo general se llevaban en la mano o doblados sobre el cinturón. A los caballeros elegantes se les exigía también llevar un pañuelo de lino fino bordado o ribeteado con encaje. A finales del siglo XVI la ropa y los accesorios de las clases altas en Europa habían adquirido realmente un grado de refinamiento y elegancia sorprendentes.
menos las de clase trabajadora.
Además del cuerpo emballenado y de la falda verdugado, la principal prenda femenina en esta época era el vestido, que caía en pliegues a partir de los hombros y dejaba una abertura en el delantero de forma que se podía ver el traje de debajo. Las mangas eran ablusadas y acababan encima del codo para enseñar la manga de debajo. A veces usaban mangas largas colgantes. Otras prendas de la época son: el coat una especie de abrigo amplio de forma similar pero de mangas amplias y abiertas. Para viajar se utilizaban capas y también una prenda conocida como safeguard que era una sobrefalda para protegerse del frío.
Los hombres empezaron a usar una mayor variedad de prendas. La más importante era el jubón pero sobre el se podía llevar el jacket , por lo general sin mangas. La capa empezaba a ser indispensable, no se trataba de una capa larga como la del siglo anterior, era una capa corta, colgada a veces de un hombro. Estaban hechas de telas caras y un hombre elegante necesitaba tres; una por la mañana, por la tarde y por la noche. Pero la prenda más curiosa era el mandilion , sus orígenes son de ámbito militar , era una capa amplia y llegaba hasta las caderas, con el cuello levantado y mangas saco, las costuras laterales iban abiertas. Iba abotonado solo desde el cuello hasta el pecho y se metía por la cabeza.
En la segunda mitad del siglo XVI se apreciaron algunos cambios en las prendas inferiores masculinas. Las calzas cortas se podían llevar ahora con canions, calzones que se ponían debajo de las calzas cortas y generalmente de diferente tejido que llegaban hasta la rodilla. Las medias podían ir por encima; así que podía decirse que las calzas de la época medieval estaban ahora divididas en tres prendas separadas. Hasta el 1590 se cortaban al biés, después fueron reemplazadas por medias de punto. Podían ser de colores vivos; el amarillo era uno de los favoritos y con frecuencia se adornaban con hilo de oro. Se sujetaban de varias maneras: con una sencilla cinta sujeta debajo de la rodilla, con el lazo a un lado o con una liga entrecruzada haciendo zig-zag. El zig-zag se puso de moda a partir del 1560; consistía en un trozo de cinta que rodeaba la pierna por debajo de la rodilla, se cruzaba por la parte de atrás, se llevaba hacia delante por encima de la rodilla, y se ataba en un lazo.
Como calzado usaban zapatos o botas. Los zapatos eran ligeramente redondeados, y a medida que terminaba el siglo empezaban a tener tacones. Eran de piel, seda, terciopelo o de tejido sencillo y las suelas podían ser de piel o corcho. Las botas que hasta el último cuarto del siglo se habían usado para montar, se incorporaron a la indumentaria cotidiana. El modelo de moda era una bota pegada que llegaba al muslo, dando a veces la vuelta a la parte superior, de diferentes maneras. Otros tipos de botas solo fueron posibles gracias a los adelantos en el tratamiento de la piel conseguidos en Córdoba.
España fue también responsable de los refinados guantes de piel tan preciados por los isabelinos, y que empezaron a fabricarse en Inglaterra hacia 1580. La forma más utilizada eran los guanteletes, a menudo adornados con hilo de oro y ribeteados. También podían estar perfumados y por lo general se llevaban en la mano o doblados sobre el cinturón. A los caballeros elegantes se les exigía también llevar un pañuelo de lino fino bordado o ribeteado con encaje. A finales del siglo XVI la ropa y los accesorios de las clases altas en Europa habían adquirido realmente un grado de refinamiento y elegancia sorprendentes.
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