Ya hace tiempo más de un mes que estuvimos en Teruel pero entre unas cosas y otras aún no había podido contaros que tal fue nuestra experiencia de este año. Pues bien, aquí estamos.
En esta foto no estamos todo el grupo, solo una parte de la expedición. Recien levantados dispuestos a marchar al hogar del toro para disfrutar un año más de fiesta.
La mañana del sabado comenzo con unos juegos de armas entre los distintos grupos recreadores.
Se supone que es para que el público veo combates, vea acción y el entrechocar de los aceros, pero la verdad es que disfrutamos como enanos "jugando" con amigos que en ocasiones solo vemos una vez al año, y con seguridad como siempre, cruzando espadas.
Al acabar nos fuimos encontrando con más gente, amigos, compañeros y futuras esgrimistas que ya no se pierden una para ponerse sus ropas históricas.
Y entre una y otra cosa, nos fuimos a dar una vuelta por las calles de teruel, a ver sus gentes, sus puestos de venta, el ambiente...
Nos fuimos encontrando con cosas curiosas como esta mascota, es agradable ver que a pesar de llevar unos años yendo a verlo, aun te puedes sorprender.
Se iba acercando la hora de comer y como se podía ver, todo el mundo se esaba preparando para una buena pitanza, así que tocaba ir volviendo al campamento para darse un buen festín.
Estos son nuestros vecinos de campamento y amigos, los caballeros de Alba-sit, en este momento, los "guerreros" aún no habían vuelto de la batalla del cofiero que se estaba desarrollando en ese momento.
Por la noche el grupo Magerit realizó un acto en el que representaba la admisión en la orden del hospital de un caballero.
Se le realizaron toda clase de preguntas al futuro hospitalario. Si estaba libre de esposa, si no había cometido crimenes ni delitos de ningún tipo, si no tenía deudas con ningún señor, etc.
Se le entregaron las vestimentas que lo reconocían como miembro de la orden, después de haber realizado los juramentos y se le dejo tendido en el suelo con los brazos en cruz unas horas en el suelo del templo...realmente fueron dos minutos en el suelo del suelo, no somos tan malos.
Después del nombramiento se procedió a una reunión de la encomienda hospitalaria en la cual se trataron temas de la orden y se entregaron cargos a distintos caballeros.
Con esto, nos despedimos de los compañeros y nos fuimos marchando a nuestros respectivos retiros para dormir, que nos lo habiamos ganado.
El domingo volvimos a venir, pero este año en lugar de participar en el desfile preferimos, ataviados con nuestra indumentaria pertinente, asistir con el público al beso y al acto final de estas fiestas que año tras año nos arrastran a compartir unos días con amigos y compañeros.
Esperamos que vosotros también fuerais a verlo este año y si aún no habeis disfrutado del fin de semana de los enamorados en tierras turolenses os invitamos a que no os lo perdais el año que viene.
